1 de marzo de 2007

De Joan Manuel Serrat, que andará seguido por aquí.

Contaba el nano en el concierto de Ayamonte, en 1975:
«Esta canción –esta que viene– es un homenaje pequeño, dentro de las posibilidades de homenaje que puede tener una canción. Un homenaje, decía, a una muchacha rubia, de ojos azules, que fue mi primer amor, pero así mi primer amor a lo bestia. Yo andaba descubriendo el mundo a unas cuatro cuartas del suelo, poco más o menos, y ella estaba siempre cada mañana delante mío con un guardapolvos blanco. Era mi maestra. Se llamaba –se llama todavía, por suerte para todos– Conchita Plasencia Monleón. Era la hija de la lechera de mi calle, la hija de la señora Antonia, y de ahí esa profunda relación que nos unía. Yo prefiero en vez de contarles quién era, contarles lo que dice la canción, que es a lo que vamos. Empieza como empiezan los cuentos, con aquello de "Érase una vez..." y dice: ... (la traduce) Eso dice poco más o menos la canción para mi maestra, para Conchita Plasencia Monleón...»

Como docente que soy, sentir la dulzura con que este buen señor recuerda a su maestra, me hace temblar toda la estantería. Pero me da pie para reconocer, que más allá del artista, el compositor y el cantante, este caballero es un gran "contador". Quienes hayan frecuentado sus recitales sabrán de esas fantásticas reseñas de introducción de algunas canciones...y quienes no...de a poco se las irán enterando por aquí. Quien pudiera "introducir" de esa manera...y encima que lo que sigue...sea mejor aún!...no?. Que don.
Por si les interesa, acá dejo la traducción de la canción a la que se refiere:
Érase una vez... usted, maestra,
y su mundo de tintero y banco,
pizarra y delantal blanco.
Buenos días, por la mañana, nos decíais, en pie
entre dos fotografías y una cruz,
una oración y una canción
y un beso en la mejilla.
Buenos días, maestra...
Pero usted nunca supo, maestra,
que cuando quería que cantara
que tres por una eran tres
mis ojillos arañaban francamente
las rodillas que púdicamente
usted apretaba y apretaba,
pero un número no vale
lo que una piel rosada.
A pesar de que nos hacía ir a la iglesia
y me quitaba el regaliz aquél
era un mundo pequeño y maravilloso,
un mundo de tizas de colores
que usted pintaba y usted borraba...
Sólo usted, rodeada de curas,
le daba la razón de llamarse "niños"
a un mundo de cuatro palmos.
Y si alguna vez piensa en mí, maestra,
que de sus ojillos azules
nazca siempre aquella paz
que me hacía un poco más dulce la escuela
y que no se le haga un nudo en la garganta
diciendo: «qué han hecho...», «a dónde
han llevado a mi puñado de pequeños...»
porque usted no sabía, maestra,
que el mundo es siempre el mundo,
que el hombre siempre es el hombre,
pero no es lo mismo su olor,
¡ay! maestra, que el aire de la calle.

6 comentarios:

Silvia Macario dijo...

Cecilia!!!!
Qué bueno esto!!!!
Digo por todo:
la apertura del blog.
La pasión por el Nano.
Ser la fürera de Her Tololo. (jaja), un tipazo tu marido!
Me encantó este post, y la verdad es que no conocía la canción ni la anécdota.
Tengo una humor del tiempo del jopo, donde hay una entrevista a Serrat.(te la paso por mail al correo de Tololo, escaneada como me salga, ya que estoy recién aprendiendo a hacerlo)
Un beso grandote, y ya pongo tu banner en el blog( en los dos: caleidoscopios y escaleras y serpientes)
AL FIN UNA MUJER!!!!!!!
besito, y seguimos con esto.
Sil

Silvia Macario dijo...

Ahhh!! Y muy feliz cumple atrasado!
Y besos al chiquitín. (bautizado Tololín).

Cecilia- dijo...

Muchas gracias Silvia, te cuento que el Tololin es el menor en "mi haber"...cuento con otros dos varones más...el reinado femenino jamás será cedido!. Ya me acostumbré a ser la única...y está bueno...a veces no...ja!

Her Tololo dijo...

Me gustó mucho el tema. Realmente. Y creo, que la maestra/maestro, es el 2º gran amor imposible de los niños. El 1º sin duda es la madre o el padre.
La maestra es la que nos empieza a enseñar el mundo y su palabra es la más grande verdad jamás dicha. ¿Cómo no sentir admiración por una persona así?

Aunque... no me hubiera gustado tenerte a vos como profesora de química. Hubiera sido muy frustrante.

Cecilia- dijo...

...O muy diferente querido...tenerme a mi como profesora de química te hubiera permitido decir "mirá vos, no era fea esta materia"...(eso es lo que llamo autoestima!), al menos en mi profesión, la tengo bien alta.

Leonel dijo...

Me gustó mnucho lo que dices sobre Serrat... yo opino igual... es tanta mi admiración por él que aprendí catalán y ahora escribo poemnas en este hermoso idioma...
mis blogs son:
jfigueres.blogspot.com y munoztigre.blogspot.com

Otra cosa: yo también soy profesor...
un abrazo