De acá surgió Robando Letra

Siempre me sentí atrapada por un molde que me hicieron y no logro destruir. Aunque de vez en cuando la vida, tomó mi paso, y me regaló un sueño; como para poder continuar caminando al sol por estos desiertos, para recalcar que estoy viva en medio de tantos de muertos.
En realidad, no sé si estoy despierta, o tengo los ojos abiertos.
Me esforcé por recuperar cierto equilibrio interior, pero fue en vano, todo era inestabilidad, torbellino. Es como un invierno que no pasa.
De algo estoy segura, hoy no siento lo mismo. No siento la llamada de tu piel, ya no termino con la piel en llamas. No sé mañana, sé de hoy; y hoy no es amor, no es ternura, no es odio ni amargura, hoy he salido de ti, bordeando la locura.
Hoy no es pasión lo que siento, no es pena ni tormento. Hoy he salido de ti, y entre lágrimas vi romperse el firmamento. No querés que mire el mar, por si me perdés entre la corriente.
De algo estoy segura, lo nuestro está en tus sueños, y tenés miedo hacerlo realidad, por si descubro que así no te quiero. No siento ganas de luchar por vos, ya no me dejas a morir por dentro.
Sentí lo que es tener el corazón roto, y sentí a los asuntos pendientes volver, hasta volverme muy loca. Pero frente a los abismos, los pies comprueban sus limitaciones y es ahí donde las alas empiezan a tener razón de ser.
En un momento creí haber entrado a las filas de los iluminados, y al siguiente estaba abrumada llorando por el peso de mi propia angustia.
Pero me sorprende a veces el milagro de existir, el instinto de buscar, la fortuna de encontrar y el gusto de conocer. Y ahora, si no me alumbras, no me acabo de encender.
Con tanto colchón, me pierdo. Conozco el camino, pero me pierdo. Ya me hizo probar la arena mojada y el agua bendita de su manantial. Y entender que el mundo está aún por estrenar.
Ahora tengo que aprender de nuevo casi todas las cosas. Dejar atrás esa costumbre de caminar en línea recta. No hay manera de evitar, el salto mortal de vivir.
Si en los escombros de la revolución, creciera el árbol verde del placer, y las catedrales se cansaran de ser ruinas del fracaso de Dios. Si la angustia no tuviera tantos meses, si pudiera huir de esta ciudad, si tuvieran corazón las autopistas, si alguien me esperara en la estación. Si aprendiéramos a amar como animales, si quedara tiempo que perder, si bailaran rock and roll los generales y los sentidos olvidaran la razón. Si el silencio cotizara más que el oro, si la muerte hiciera mutis por el foro, si pudiera yo quererte hasta el final y naufragar en la isla del tesoro.

Nada sería igual.

Maldito seas Satanás, quítate el antifaz, en este espejo no cabemos los dos. He perdido mil batallas, pero hay una guerra que pienso ganar.
Y todo el mundo sigue hablando, compitiendo, adulterando, desmintiendo, puteando. Y todo el mundo alucinando, reprimiendo, sospechando, malviviendo, conspirando.
Y todo el mundo sigue andando, padeciendo, despertando, repitiendo, imaginando. Y todo el mundo blasfemando, maldiciendo, apostando a cara o cruz.

Para decidir si sigo poniendo esta sangre en tierra, solo me hace falta que estés aquí. Amor letal, que canta para no llorar.
Nos podríamos perder en algún lugar lejano, que nadie pudiera imaginar. Vos fabricás sueños para regalar. Siempre estás al final de mis pasos al llegar.
A fuego lento me haces agua, con el sabor del poco a poco.
Sombra mágica, sonríes y después... te vas.
Mejor vivir sin miedo. Nos hacemos aves sobrevolando el suelo, así sin miedo.
Si quieres las estrellas vuelco el cielo, si somos como niños sin miedo a la locura, ni a la ternura, ni a ser felices, podremos vivir sin miedo.

Sombra mágica, sonríes y después... te vas.