Fin de
semana frío.
Pero lo que
mata es la ansiedad.
Vendría
bien el curso acelerado, ese que provoca la mutación fenotípica instantánea y
que me cuesta tanto. Esa disciplina más complicada que la química y la física y
que necesita cerebro con otro formato. Nunca cuadrado.
Esos
saberes que ayudan a no hacer preguntas, ni buscar respuestas que no es momento
de conocer. A esperar el momento. Y disfrutar el mientras tanto dejando fluir al Universo.
¿Preguntar?
Ni lo sueñes.
No aprendí
mucho, no empecé yoga, solamente llegué hasta el nivel “me tiro al sol y
medito”…bah…intento meditar. Y la voz interior me dice:
callate…callate…callate.
Lo voy
logrando, despacito pero firme.
Si callar
será tenerte, callo. Vale la pena. Necesito ganar esta vez.
“Que la
moneda no caiga por el lado de la soledad…otra vez.”
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