3 de noviembre de 2015

Ahhh bueee

·           El cariño, no se mide por la cantidad de veces que nos vemos a la semana. Ni por los favores que nos hagamos, ni por las confesiones ni por los cafés compartidos. Se mide por la calidad y la complicidad de esos instantes vividos.
·           La confianza va más allá de un “tú me das yo te doy”. Es un “estoy aquí para ti”, y con ello ya no hay necesidad de decir más, el cariño y la complicidad está implícita en ambas partes.
·           En este tipo de relaciones, y con estas personas, podemos ser nosotros mismos en toda nuestra profundidad, matices y detalles. La otra persona conoce muy bien nuestras sombras y defectos, sin embargo, casi sin darse cuenta nos va ayudando a ser mejor de lo que éramos ayer.
Hay personas de esencia verdadera, de sonrisas auténticas que nos enseñan a ser más completos. En ocasiones, todos necesitamos de estos encuentros, porque la vida no es solo un trabajo, comer, manejar el coche o comer con la familia.
Vivir es dejarse sorprender y permitirnos lo imprevisto, es dar la entrada a estas relaciones positivas que nos traen vientos nuevos que enriquecen mente y cuerpo, y que casi sin pedir permiso… se van instalando en nuestra alma.


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