La paz, la felicidad, no pueden ser objetos de ida y vuelta. Necesitan quedarse. Si no, no son.
Se necesita paz y felicidad permanente, no aleatoria, de a ratos, en cuotas.
Quiero aprender a extender esa sensación en el tiempo, sobre todo porque creo que las espanto yo misma. Puedo sentir mucha paz y verme completamente feliz, y al día siguiente sentir todo lo contrario. No lo asimilo, como si me faltara la mágica partícula que las retiene.
Algunas veces, analizar demasiado las situaciones me hace ver lo bueno y retomar la paz. Otras, me provoca todo lo contrario, replanteos, dudas, incertidumbre, vacío.
Hasta que uno no tiene en claro qué es lo que confiere esa paz y esa felicidad, difícilmente sabrá como ir por eso. La vieja y conocida "vaya a saber qué quiero".
Otro momento de catarsis y van...en una de esas, alguna vez, me funciona y me ilumino de una buena vez. Y disfruto de simplemente ser yo. Así, con mis dudas, mis defectos y mis incertidumbres.
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