25 de septiembre de 2007

La felicidad...Ja Ja Ja Ja!

Esto de tomarse recreítos y ponerse a “webear” a veces resulta peligroso. ¿Qué hice esta vez?: me puse a buscar diferentes interpretaciones de “la felicidad”, desde enciclopédicas hasta poéticas. Mientras leía pensaba de paso en el tema de los puntos de vista, y claro...la felicidad debe depender absolutamente del punto de vista del comentarista. Sino observen:

“La felicidad es una situación involuntaria en la que los factores internos y externos interactúan activando el sistema límbico, que estimulado adecuadamente, informará de este estado anímico.
La Amígdala cerebral y el hipotálamo son regiones que cooperan para la transmisión de las emociones. El neocortex racionaliza los recursos de los que disponemos. Son dos áreas incompatibles con miles de años de evolución entre ambos, que usan la conciencia como medio de comunicación para poner solución a las demandas bilaterales. Es como si dos personas se pusieran de acuerdo para solucionar sus problemas personales en un centro de arbitraje: eso es la conciencia, el lugar donde las emociones y la racionalidad se hacen compatibles. Por lo tanto, se hace evidente que, para que nuestro sistema límbico informe ese estado predilecto de felicidad, es indispensable que tengamos una conciencia capaz de acallar a las dos partes en disputa. Si solo acallamos a una, la voz de la otra no nos dejará tranquilos, y en consecuencia nuestro sistema límbico no informará de eso que llamamos felicidad.”

“La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.”

Kant, Inmanuel (este señor no había leído Wikipedia)

“Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.”
Locke, John (este si lo leyó, ¿será el de Lost!?)

“El corazón humano conoce en este mundo solamente una felicidad: amar y ser amado. El amor es encontrar en la felicidad de otro, la propia felicidad. Del mismo modo que produciendo riqueza nos ganamos el derecho a consumirla, sólo disfrutaremos la felicidad cuando la procuremos a los demás. Cuántas vidas se desperdician rebuscando una felicidad que ya se tiene, pero que no se ve. La felicidad verdadera consiste en amar lo que tenemos, no las cosas sino las personas con las que convivimos, sin apenarse buscando absurdas quimeras que creemos que nos faltan. El secreto de la felicidad reside en el infinito e inagotable amar.” ( o sea, este no tenía ni amígdala cerebral, ni hipotálamo, ni sistema límbico. Era todo platónico.)

¡Una ayudita por favor!

18 comentarios:

El Analista dijo...

Jamas pensé que diría esto, pero creo que te esta haciendo mal la radiación ionizante del monitor, Cecilia, pensálo.
Ahora la parte seria de mi personalidad:"la felicidad no se define, se vive, no se busca su concepto, se busca su presencia".
Fa loco, que serio y filosófico me puse.

Cecilia- dijo...

Analista, no, no fue la radiación ionizante. Solo le faltaba conocerme.
Ahora la parte seria de mi personalidad:.........................
......................................
......................................
......................................

Her Tololo dijo...

Bueno, podría hablar muchísimo del tema en cuestión pero no voy a hacerlo. ¿Porqué? Porque al leer el post me acordé del prólogo de un libro espectacular... y bueno, haciéndole honor al blog, le robaré la letra.
Aclaro que voy a poner el prólogo completo porque es muy bueno, más allá de que solo en una parte del mismo se habla de la felicidad.
Dice así:
En los remotos e inexplorados confines del arcaico extremo occidental de la espiral de la galaxia, brilla un pequeño y despreciable sol amarillento.
En su órbita, a una distancia aproximada de ciento cincuenta millones de kilómetros, gira un pequeño planeta totalmente insignificante de color azul verdoso cuyos pobladores, descendientes de los simios, son tan asombrosamente primitivos que aún creen que los relojes de lectura directa son de muy buen gusto.
Este planeta tiene, o mejor dicho, tenía el problema siguiente: la mayoría de sus habitantes eran infelices durante casi todo el tiempo. Muchas soluciones se sugirieron para tal problema, pero la mayor parte de ellas se referían principalmente a los movimientos de pequeños trozos de papel verde; cosa extraña, ya que los pequeños trozos de papel verde no eran precisamente quienes se sentían infelices.
De manera que persistió el problema; muchos eran humildes y la mayoría se consideraban miserables, incluso los que poseían relojes de lectura directa.
Cada vez eran más los que pensaban que, en primer lugar, habían cometido un gran error al bajar de los árboles. Y algunos afirmaban que lo de los árboles había sido una equivocación, y que nadie debería haber salido de los mares.
Y entonces, un jueves, casi dos mil años después de que clavaran a un hombre a un madero por decir que, para variar, sería estupendo ser bueno con los demás, una muchacha que se sentaba sola en un pequeño café de Rickmansworth comprendió de pronto lo que había ido mal durante todo el tiempo, y descubrió el medio por el que el mundo podría convertirse en un lugar tranquilo y feliz. Esta vez era cierto, daría resultado y no habría que clavar a nadie a ningún sitio.
Lamentablemente, sin embargo, antes de que pudiera llamar por teléfono para contárselo a alguien, ocurrió una catástrofe terrible y estúpida y la idea se perdió para siempre.
Esta no es la historia de la muchacha.
Sino la de aquella catástrofe terrible y estúpida, y la de algunas de sus consecuencias.
También es la historia de un libro, titulado Guía del autoestopista galáctico; no se trata de un libro terrestre, pues nunca se publicó en la Tierra y, hasta que ocurrió la terrible catástrofe, ningún terrestre lo vio ni oyó hablar de él.
No obstante, es un libro absolutamente notable.
En realidad, probablemente se trate del libro más notable que jamás publicaran las grandes compañías editoras de la Osa Menor, de las cuales tampoco ha oído hablar terrestre alguno.
Y no sólo es un libro absolutamente notable, sino que también ha tenido un éxito enorme: es más famoso que las "Obras escogidas sobre el cuidado del hogar espacial", más vendido que "Las Otras cincuenta y tres cosas que hacer en gravedad cero", y más polémico que la trilogía de devastadora fuerza filosófica de Oolon Colluphid: "En qué se equivocó Dios", "Otros grandes errores de Dios" y "Pero ¿quién es ese tal Dios?"
En muchas de las civilizaciones más tranquilas del margen oriental exterior de la galaxia, "la Guía del autoestopista" ya ha sustituido a la gran Enciclopedia galáctica como la fuente reconocida de todo el conocimiento y la sabiduría, porque si bien incurre en muchas omisiones y contiene abundantes hechos de autenticidad dudosa, supera a la segunda obra, más antigua y prosaica, en dos aspectos importantes.
En primer lugar, es un poco más barata; y luego, grabada en la portada con simpáticas letras grandes, ostenta la leyenda:
NO SE ASUSTE.


Introduccion del libro: "The Hiker’s Guide to the Galaxy" De Douglas Adams

Cecilia- dijo...

Tololo: Ufa, va a tener que ser muuuuyyy bueno el libro para superar la intriga que me deja sobre la idea de aquella muchacha respecto de la solución para el mundo felíz.

Her Tololo dijo...

Hay una especie de continuación del libro, el cual se llama "Adiós y gracias por el pescado" (el título hace referencia a que los delfines, seres altamente superiores en inteligencia que los humanos, escapan de la tierra antes que ocurriera esa catástrofe terrible y estúpida).
El prólogo de este libro es en parte exactamente igual al que puse, pero con la diferencia que dice: "antes de que pudiera llamar por teléfono para contárselo a alguien, ocurrió una catástrofe terrible y estúpida y la idea se perdió para siempre.
Esta es la historia de la muchacha."

Así que, tendrás que leer ambos libros... y no sería para nada una pérdida de tiempo.

El Analista dijo...

Bien, Tololo, me hiciste sentir que hice el comentario mas estúpido que se me podía ocurrir en mi vida, lo charlo con mi analista, ni bien consiga uno y vuelvo. Ufa

Una Pepina dijo...

Si esto fuera análisis te diría que la felicidad es infinito y nosotros tratamos de tender a ella.
Creo que la cosa no radica en encontrarla, sino en el camino que seguimos para encontrarla...
Es como tener una meta en la vida.
Es como la búsqueda del tesoro.
El Santo Grial.
La olla al fin del arco iris.

Cecilia- dijo...

Si pepina, algo similiar a lo que comentaba el analista. El tema es que yo pensé: por qué le ponemos definiciones tan abstractas a la felicidad? (más allá de que sea un sustantivo abstracto). No será porque tenemos miedo de descubrir que no somos felices?. Y como el tema de los miedos no me gustó, entonces me pude a buscar definiciones. Yo quiero sentir a la felicidad como un presente, no como una búsqueda constante.
besitos

Testiculo Izquierdo dijo...

Ceci:
UFF!!! Qué temón!
es para una buena charla de café (o muchas).
En cuanto a las definiciones que se dan en el post, creo que estoy de acuerdo con la de Locke.
La última de las definiciones me parece bastante chata y hace un mejunje entre felicidad y amor que poco aclara la cosa.

Disiento con la definición de Pepina, para mi la felicidad, lejos de ser infinita y como consecuencia de esto inalcanzable, para mi es demasiado finita, lamentablemente finita.

La felicidad no existe como un todo absoluto, es un estado mental al cual debiéramos dirigir todos nuestros esfuerzos. El fin último del hombre como tal es ser feliz.

Pero esa felicidad se da a cuentagotas y cuando el chorro es major sólo dura momentos.
Por eso siempre pienso que más importante que alcanzar la felicidad como fin, es lograr pequeñas alegrías en ese camino interminable hacia la felicidad.
Es decir, el día a día debe contener pequeños momentos o gotitas de felicidad que al final de nuestros días miremos retrospectivamente y podamos decir: fui feliz.

Saludos,
DrGEN

PD: Tololo, con su recomendación del libro hizo poco menos que ordenarme que lo lea! no veo las horas de conseguirlo.

Cecilia- dijo...

SSSiiiii!!!, apareció DrGen!. Esperaba ansiosa su opinión. Y me gusta mucho. Estamos totalmente de acuerdo con la última. No se por qué, pero las definiciones platónicas o naif no logran decirme nada. Me parecen las rimas de Becquer!.
También la definición que hace Locke me parece la más atinada, y justamente es la única que hace referencia solapada al primer párrafo que atribuye la felicidad a la mente (en realidad al cerebro, por eso lo de solapada).
Por último, su frase "la felicidad es un estado mental al cual debiéramos dirigir todos nuestros esfuerzos": me provocó lo que digo en el encabezado de mi blog, Hay personas que logran decir lo que siento, pero con las palabras correctas. Y sabe qué?, a eso me refería cuando dije en algún post aquello de condicionar los estados de ánimo y del estado depresivo como elección (dejando de lado la patología instalada). Anoche, después de muuucho tiempo, decidí ir a un cumpleaños de una conocida que se hacía en un bar-bailable. Adoro bailar, me cambia el ánimo. Pero nunca voy. Y hoy me siento genial, me duele todo...esa es la parte patética. Pero me preguntaba por qué uno no busca más seguido esos momentos que nos hacen sentir alegres?. Aunque parezcan insignificantes, no lo son si después disfrutamos de sensaciones placenteras. No será "la felicidad", pero aporta.
Gracias DrGen, no quiere ser mi analista?
besos

LORD MARIANVS dijo...

Mi comentario no será tan largo. Solo diré: Sabemos qué es la felicidad viviéndola y disfrutándola. Coincido con Daniel en ese aspecto. Como tantas cosas, la felicidad no se puede definir. Un beso.

Ginger dijo...

Ceci mirá, la verdad yo aprendí a no buscarle tanto pelo al huevo. Soy feliz o no lo soy. El porqué siempre es problema de mi marido.

Testiculo Izquierdo dijo...

Ceci:
Me alegro que coincidamos. Y ahora se aclaró más aquel tema de los condicionamientos ante la depre.

También me alegra mucho saber que pudo disfrutar de "esas pequeñas cosas" (no!, no lo digo por Tololo!) ;)
Pero eso de ser analista... paso, la psicología no es lo mio.

Saludos,
DrGEN

Testiculo Izquierdo dijo...

Ceci:
Me alegro que coincidamos. Y ahora se aclaró más aquel tema de los condicionamientos ante la depre.

También me alegra mucho saber que pudo disfrutar de "esas pequeñas cosas" (no!, no lo digo por Tololo!) ;)
Pero eso de ser analista... paso, la psicología no es lo mio.

Saludos,
DrGEN

Cecilia- dijo...

Gin, esa parte te la envidio, yo sí soy de buscarle pelos al huevo. Y es bastante molesto.

DrGen, gracias doc, ud. me lo cita al nano, me responde con humor, coincide conmigo, y encima por duplicado!. Un capo.

DudaDesnuda dijo...

La felicidad no era una canción de Palito Ortega????

Besos y cantos.

Cecilia- dijo...

Pero claaaaro Duda, si de algún lado me sonaba vea!

Anónimo dijo...

Hola a todos los que han blogueado aqui. Venia por la autopista, con pocas ganas de ir por la autopista, y vaya uno a saber porque me paso la cancion del ex gobernador por la cabeza y termine tarareandola. Como si fuera un sueño, y ademas por haber llegado tempranisimo al laburo, de esos que mi tia sueña y enseguida le juega a la quiniela, yo unas pocas decadas mas moderno googleo "La Felicidad" y me cruzo con este blog. No suma mucho a la historia de nadie, pero hoy tengo una nueva inquietud; saber que catastrofe terrible y estupida le paso a esa chica, tener un libro nuevo para buscar, ver que alguien mas intenta definir el concepto de la felicidad, y utilizar esto como disparador. Mejor me pongo a laburar, pero desde ya gracias.
Marcelo (marcelombert@hotmail.com)