Las
mujeres de cincuenta y tantos.... Van por ahí, se las encuentra en cualquier
parte, cultas, viajadas, leídas, sensibles, atrevidas, con sus miedos bien guardados y sin posibilidad de olvido, pisando fuerte.
Vienen de vuelta de la vida, ya criaron hijos,
regalaron alas y vuelven a desplegar las suyas guardadas tanto tiempo, listas
para el vuelo, ya saben del amor incondicional y sus matices.
Ya saben de la vida, de su valor, se saben
expertas, ya conocen los secretos de sus cuerpos, saben lo que quieren, como y
cuando lo quieren. Van por la vida con profundidad en la mirada, con el corazón
repleto de amores y secretos, con versos tatuados en el alma y seguridad al
caminar.
A ellas por favor, no les vendas imagen, no les
mandes mensajes de texto, no les hagas promesas, no les mientas, están de
vuelta a todo eso. Ahora son libres a costa de la vida misma, no se dejan
encadenar si no es su deseo, ya fueron capaces de dejar atrás sueños, viejas
pretensiones, viejos reproches, y solo están dispuestas a lo posible, si les
apetece.
A ellas hay que ofrecerles un café con tiempo de
sobra, hacerles una llamada para que puedan oír tu voz, tomar sus manos,
sentirlas, mostrarnos humanos, imperfectos, auténticos, con ellas escuchar y
hablar con el corazón.
Quizás descubras que la recompensa vale la pena.
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