"Se vale estar triste a veces,
estar rotos de vez en cuando.
Se vale no siempre ser la persona alegre que todos quieren.
Se vale no querer hablar con nadie.
Se vale dejar que el corazón llore hasta secarse.
Se vale ser humano"
O casi un ser humano, como digo yo.
Y agrego: se vale condimentar el buen día con humor.
Se vale agradecer. Por todo, por poco, por mucho y porque sí.
En definitiva, cuando el mate viene acompañado de reflexiones,
que determinan que el calefón, también es casi un ser humano,
ya está. Ese día, ya no tiene manera de salir mal.
Caricias y caricias al alma.
Y contagia, y se desparrama, y suma.
Gracias, gracias, gracias!
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